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14 Obras de Misericordia

R. Reprehensiones
E. Epíscopis,
P. Presbíteris,
R. Redemptoris
E. Eucharístici,
H. Humanitati
E. Electæ,
N. Nazareni
S. Salvatoris
I. Iesuchristi
O. Omnium,
N. Nunciatoris
E. Eucharístici
S. Sacrificii.

Reprehensiones Epíscopis
Presbíteris,
Humanitatique
Electæ,
Nazareni,
Salvatoris
Omnium,
Iesuchristi,
Redemptoris
Eucharístici,
Nunciatoris
Eucharístici
Sacrificii.

Reprensiones del Nazareno
Salvador de todos,
Jesucristo
Redentor
Eucarístico,
Anunciador del Sacrificio Eucarístico,
a Obispos, a Presbíteros y a la Elegida Humanidad.

XIV OPERA GRATIÆ ET MISERICORDIÆ

I.- DAR DE COMER AL HAMBRIENTO SEÑOR NUESTRO JESUCRISTO.

Mis almas:

Yo he querido sufrir hambre, para saciaros del Verdadero Alimento que Yo Soy, y para que podáis dar de comer a Vuestro Único Dios y Señor, Que Yo Soy en la Infinita y Eterna Unidad de Mi Eterno Padre y de Nuestro Mutuo, Infinito y Eterno Amor, Que Es Nuestro Espíritu Santo.

Mirad, almas Mías, almas Nuestras. Si, dando de comer a vuestros prójimos, no Me creéis, no Me esperáis, no Me amáis, sino que Me ofendéis, entonces, vuestra obra no sube al Cielo, no beneficia a vuestras almas, no os ayuda a salvaros eternamente, no llega a Mí, no saciáis Mi Propia Hambre, no os podré premiar, pues os hacéis enemigos de Mi Padre y Míos y de Nuestro Espíritu Santo. La obra que realizáis con vuestros prójimos no os aprovecha, se queda en tierra, es obra manchada.

Sin embargo, esa misma obra, la de dar de comer al hambriento, si no os enemistáis Conmigo, si Me amáis, si la realizáis por Mi Amor, con Mi Amor, en Mi Amor, arrepentidos de vuestros pecados, en Mi Gracia, con dolor de haberMe ofendido y con propósito firme de nunca jamás ofenderMe, entonces esa obra, es obra unida a Mí, la realizáis Conmigo, Me dais a Mí de comer en cada uno de Mis humildes hermanos, y tiene Eterna Recompensa. Os podré decir: Ven, bendito, bendita de Mi Padre, a poseer el Reino que os estuvo preparado desde antes de la fundación del mundo, porque tuve Hambre y Me diste de comer. Entra en el gozo de Tu Señor.

Mis almas, para Vuestro bien os reprendo si no enseñáis ésta, Mi Doctrina, pues quien Me niega, no puede en ese estado merecer el Cielo, por mucho que se esfuerce en alimentar a toda la humanidad.

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