CONFIDENCIAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
«¿Pensáis, Sacerdotes, Ministros Ordenados con Mi Sacramento del Orden Sacerdotal, que da igual que los fieles reciban en sus bocas Mi Divina Eucaristía CON VUESTRAS MANOS SACERDOTALES que con sus propias manos?
No es lo mismo, hijos Míos.
ESTIMAD VUESTRO ORDEN SACERDOTAL.
Sólo vosotros tenéis Mi Divino Poder para darMe al interior de las bocas de Mis hijos e hijas.
Es Vuestro Divino Poder y Vuestro Divino Deber.
Nuestros fieles han de suspirar por recibirMe cuanto antes, abriendo con SANTA PUREZA, con SANTA MODESTIA, sus bocas, y pidiéndoos que actuéis como Ordenados por Mí para representarMe y actuar en Mi Propia Persona Que Es Únicamente Divina: La SEGUNDA DIVINA PERSONA de Nuestra Propia y Santísima Trinidad.
Tened FE, confiad en MÍ.
Si Me tratáis como os pido, muchos bienes derramaré sobre vosotros y sobre toda la humanidad.
La SALVACIÓN ETERNA de las almas depende en gran parte de vosotros.
Si Me adoráis, si usáis de Mis Divinos Poderes Sacerdotales adorándoMe, Me consolaréis y no seréis causa de los merecidos castigos que, como benéficos correctivos, Me vería obligado a permitir, en la Infinita Unidad de Mi Padre y de Nuestro Espíritu Santo, para vuestro eterno bien y el de todos, durante vuestra vida en la Tierra.
Os pido que no os condenéis eternamente. Llevad las almas hacia el Cielo, no las arrastréis tras vosotros hacia la CONDENACIÓN ETERNA del infierno.»