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Adoración Eucarística Trinitaria

CONFIDENCIAS DE NUESTRO PADRE CELESTIAL

«A MI HIJO LO RESPETARÁN» (Mateo 21, 37)

«Mi Hijo os dice que Él no busca Su Propia Gloria, sino que Soy Yo Quien La busco.

«Pero Yo no busco Mi gloria; hay Uno que La busca» (Juan 8, 50)

Glorificad a Mi Hijo. A Él Le produce Infinito Dolor que hablen mal de Mí. Y a Mí Me produce Infinito Dolor en Su Corazón, que Es Infinitamente Mío y de Nuestro Espíritu Santo, que no Nos Lo tratéis como a Mí y a Nuestro Espíritu Santo Nos agrada.

Soy Yo Quien os doy en Comunión a Mi Hijo, junto con Mi Mismo y Único Hijo y junto con Nuestro Mutuo Amor, El Espíritu Santo.

Por eso sólo Nuestros Ordenados con Nuestro Sacramento del Orden Sacerdotal pueden, actuando en Nuestro Nombre y en la Persona de Mi Único Hijo JESUCRISTO, Que Es Igual a Mí y a Nuestro Espíritu Santo; solamente Nuestros Ordenados -os lo repito- únicamente Ellos tienen el Divino Poder y la Divina Obligación de entregaros en Divina y Sacratísima Comunión a Mi Propio y Único y Eterno Hijo, Vuestro Señor JESUCRISTO, Dios y Hombre Verdadero.

Algunos piensan que Yo he sido injusto con Mi Único Hijo JESUCRISTO, enviándoLe a la muerte por vosotros y por vuestra Eterna Salvación; pero no se dan cuenta de que no sólo Es Mi Hijo Quien Se entrega a vosotros, sino Yo Mismo junto con Él y en Él, y, asimismo, Nuestro Mutuo Amor, el Espíritu Santo.

Si Nuestras Tres Divinas Personas, es decir, Todo Dios, el Único Dios Vivo y Verdadero Se ha entregado, Se entrega y Se entregará a vosotros para que os podáis salvar eternamente si queréis, ¿cómo es que Me consideran injusto con respecto a Mi Hijo, Siendo como Soy Un Solo y Único Dios Vivo y Verdadero con Él y con Nuestro Espíritu Santo, y, sufriendo los Tres vuestras rebeldías en el Cuerpo, en la Cabeza, en el Corazón, en el Alma de Mi Hijo, en Toda Su Sacratísima y Adorabilísima Humanidad, Que está infinitamente Unida a Nos?»