CONFIDENCIAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
«Al recibirMe, adoradMe, pensando que vosotros y todas las cosas, toda la creación, dependen sin límites de Mi Propio Cuerpo, de Mi Propia Sangre, de Mi Propia Agua, de Mi Propia Alma, de Mi Propia Esencia o Substancia Divina: de toda la Infinita Substancia Divina Mía y de Mi Padre y de Nuestro Mutuo e Infinito Amor, Que Es Nuestro Espíritu Santo.
Todos dependen infinitamente y para siempre de Mi Propia y Sacratísima Humanidad y de Mi Propia y Adorabilísima Divinidad o Esencia Divina, la Misma Entera e Infinita Divinidad o Esencia Divina de Mi Padre y de Nuestro Espíritu Santo.
Así pues, caeréis de hinojos ante Mi Divino Sacrificio y Sacramento Salvador Que Soy Yo Mismo, al menos espiritualmente, si no podéis arrodillaros físicamente.
Todo se desploma y se derrite ante Mí, Que Soy El Creador y Dueño de toda la creación. Así debéis comulgar, así debéis recibirMe, en vuestras bocas, abriendo vuestras puertas, vuestras bocas, que abren todo vuestro interior: esas vuestras propias compuertas creadas por Nos para que Nos recibáis en todo vuestro interior.»