CONFIDENCIAS CON NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
«Al recibirMe, adoradMe. No podéis estar exentos de Adoración Continua a Mi Divino Sacramento Eucarístico Que Yo Soy.
La Adoración es reconocer la Absoluta e Infinita Dependencia Que tenéis con respecto a Mí en todo.
Dependéis de Mí lo mismo que dependéis de Mi Padre y de Nuestro Espíritu Santo: Absolutamente, Infinitamente, en todo, para siempre; pues sin Nos, Que Somos El Único Dios Vivo y Verdadero, absolutamente nada sois, absolutamente nada jamás podéis ni tenéis.
Así habéis de venir a Mi Sacratísimo y Divino Sacrificio y Sacramento Salvador Que Yo Soy: Con este profundo y verdadero sentido de Adoración, sabiendo que dependéis infinitamente, absolutamente, totalmente, de Mi Sagrada Forma Que, aunque parezca pan, no es nada de pan, sino YO SOLO, EN LA INFINITA UNIDAD DE MI PADRE Y DE NUESTRO ESPÍRITU SANTO, CON MI CUERPO, SANGRE Y AGUA, ALMA Y DIVINIDAD: LA MISMA DIVINIDAD O ESENCIA DIVINA DE MI PADRE Y DE NUESTRO ESPÍRITU SANTO.
Por tanto, la Sagrada Forma, la SANTÍSIMA COMUNIÓN, QUE YO SOY, no puede pender ni depender de vuestras manos, sino que Yo Mismo, Que Soy La Sagrada Comunión, Me doy con Mis Propias Manos Consagradas, Sacerdotales, Ministeriales Ordenadas y Sacramentales del Sacramento del Orden Sacerdotal, Que Son Las Manos Que Han De Actuar En Mi Propia Persona Que Es Únicamente Divina, Como Propias Manos Mías, las Manos de Mis Diáconos, Presbíteros, Obispos y Papas.»