1. Cristo Eucaristía no contagia.
Cuando entramos en los Templos debemos pensar que es Nuestro Señor Jesucristo, en la Infinita y Eterna Unidad de Su Padre y del Espíritu Santo, Quien lo actúa todo.
Está en el Sagrario lo mismo que en el Cielo, con Su Cuerpo, con Su Sangre, con Su Alma, con Su Divinidad.
Nuestro Señor JESUCRISTO no es Quien nos contagia de ningún mal, sino nuestros pecados.
2. Cristo Eucaristía Es La Fuente de Toda Salud de alma y cuerpo.
Si nos acercamos con Fe Verdadera a recibir de Él Su Cuerpo, Su Sangre, Su Alma, Su Divinidad, nos daremos cuenta de que Él Es el Sumo y Eterno Bien en Cuerpo y Alma, y que da la Salud al alma que comulga debidamente, como a Él Le agrada.
3. La Fe Divina y Católica no contagia.
La Fe que el Padre y Su Único Hijo JESUCRISTO y el Espíritu Santo nos infunden, no sólo no contagia de mal, sino que nos llena de verdaderos bienes.
Depende de la aceptación y vivencia que tengamos de la Fe Divina y Católica, Que nos infunde Nuestro SEÑOR, el no contagiarnos.
4. La unión con Nuestro Señor en Su Templo no debe ser interrumpida.
Es una gran falta de delicadeza para con el SEÑOR distraer de Él al alma que está en comunicación con Él Mismo, en Oración.
Sobre todo en Sus templos hay que extremar este cuidado de no distraer a las almas de Él
5. La eficacia de la unión con Dios es incomparablemente mayor que la «mascarilla».
La unión con Nuestro Señor Jesucristo, Dios y Hombre Verdadero, es fuente de todos los bienes. La «mascarilla» no es nada para como la UNIÓN Sobrenatural con Nuestro SEÑOR JESUCRISTO nos protege.
6. No se debe interrumpir la Celebración Eucarística con el fin de desplazarse hacia un fiel para ordenarle el uso de la mascarilla.
Nuestro SEÑOR JESUCRISTO es Quien celebra Su Divina Eucaristía, Su Divino Sacrificio: No pueden Sus Sacerdotes interrumpirLo.
7. No se debe poner en evidencia a nadie por ello ante toda una asamblea.
El uso de la mascarilla está, como todo, bajo el Divino Imperio de Nuestro SEÑOR JESUCRISTO. Él puede pedir a un Alma que en algún momento no la use. No podemos atarLe las Manos a Nuestro Dios y Señor.
8. No se debe negar la Comunión por ello.
La indicación de llevar la mascarilla y el mandato mismo de un Sacerdote de llevarla, han de estar sometidos a la Divina Voluntad, al Divino Imperio de Nuestro SEÑOR JESUCRISTO, y aún los hombres lo dispensan por causa justificada. Pero por ÉL, ¡qué pocos actúan!
9. No negar la Sagrada Comunión en la boca y de rodillas.
No tienen derecho los Sacerdotes de negar la Sagrada Comunión en la boca y de rodillas por no haberse sentido obedecido por un Alma que no podía usar la mascarilla por motivo más que justificado: Por Fe en Nuestro Señor, que Es El Eterno Médico y la Eterna Medicina.