Compartir

Cristo no defrauda

A Cristo no Le derrumban los malos pastores. Él sigue actuando en sus fieles. Los culpables, castigo. Los que perseveran con Cristo soportando el martirio continuo, el premio. Cristo no defrauda a quienes acuden a Él, Sumo y Eterno Sacerdote. Nadie Le puede atar las Manos.

Él es el Autor de la gracia, el que dona la gracia. Sus Ministros, meros instrumentos.

Cuando los instrumentos fallan, Cristo hace maravillas. Es el Guardián que nunca falla. Quien va a Su Templo, va a Cristo, de lo contrario, no va a Su Templo. Yendo a Cristo debidamente, no quedará defraudado.

No nos ordena Cristo que vayamos a Su Templo para juzgar a los hombres, sino para encontrarnos con Él, que es Nuestro Dios y Señor. Por eso, total recogimiento.

Así, se disipan males, se honra a Cristo, se obra como Dios quiere, se detiene el avance del maligno.

Preciso es obrar así. No huir ante el lobo, permanecer en Cristo y en Sus templos, sin aceptar el mal y plenamente recogidos en Cristo, que es el Sumo y Eterno Sacerdote, el Único, ante el Cual quedan Sus Ministros y todos eclipsados.