Hijo Nuestro Muy Amado, Pedro Apóstol, Padre de los Apóstoles:
Yo me he dado a Ti y a los demás Apóstoles con Mis Manos, no con las Tuyas, no con las de Ellos, en Mi Última Cena.
Así debéis hacer vosotros en Memoria Mía: DadMe en Comunión Eucarística, con Vuestras Manos Consagradas por Mi Sacramento del Orden, a las almas, a los corazones humanos bien dispuestos, bien preparados, en profunda adoración, en sus bucales puertas, es decir, en sus bocas, santamente abiertas.
Sí, Amado Pedro, con vuestras Manos, que representan las Mías, no con las manos de quienes reciben Mi Sagrada Comunión.
RecibidMe con la debida preparación y en espíritu de profunda adoración, y, los que puedan, de rodillas, pues Yo Soy Vuestro Dios, El Único Dios Vivo y Verdadero, en la Infinita y Eterna Unidad de Mi Padre y de Nuestro Mutuo, Infinito y Eterno Amor, Que Es El Que Es Nuestro Espíritu Santo.