Compartir

Cuadragésimos primeros Diálogos de Jesús con San Pedro Apóstol, Padre de los Apóstoles

Hijo Nuestro Muy Amado, Pedro Apóstol, Padre de los Apóstoles:

¡Cuánta pena os habría dado a Ti y a Tus Fieles y espirituales Hermanos los Apóstoles, en Mi Última Cena, si Yo no os hubiese dado Mi Sagrada Comunión Eucarística con Mis Propias Manos!

Vosotros deseábais que Yo Mismo Tomara En Mis Divinas Manos Mi Propio Cuerpo, Mi Propia Sangre, Mi Propia Alma, Mi Propia Esencia Divina o Divinidad, la Misma Toda Infinita Divinidad de Mi Padre y de Nuestro Espíritu Santo, y, con Mis Propias Divinas Manos, Me entregara al interior de vuestras bocas, purificadas, limpias de toda mancha.

ImitadMe, pues, a Mí, también en ello; pues para tomarMe y traerMe a Vuestras Manos y darMe en Comunión a Mis fieles, en Mi Propia Persona, Que Es Únicamente Divina, la Segunda de Nuestra Propia Santísima Trinidad, Igual a Mi Padre y a Nuestro Espíritu Santo, representándoMe verdaderamente a Mí, habéis necesitado recibir primero el Excelso Sacramento del Orden Sacerdotal.