1. «Amados Obispos Míos: ¡Cuánto debéis llorar los derribamientos de Mis Sagradas Cruces!
2. Nuestros enemigos no aman Mi Cruz.
3. Vosotros no podéis odiarLa, es Una Sola Cosa Conmigo, pues Yo La he escogido como Signo de Nuestro Divino Amor por vosotros.
4. Es Signo del Amor de Mi Padre y de Mi Amor y del Amor de Nuestro Mutuo Amor, que Es Nuestro Espíritu Santo, hacia toda la humanidad.
5. No podéis quedaros impávidos ante los derrumbamientos de Nuestras Cruces.
6. Defender Nuestra Cruz es defenderMe a Mí y a Mi Padre y a Nuestro Espíritu Santo.
7. Defender Nuestra Cruz es defender Nuestra Divina Revelación.
8. Defender Nuestra Cruz es defender Nuestras Divinas e Infalibles y muy Sagradas Escrituras.
9. Defender Nuestra Cruz es defender Toda Nuestra Divina Predicación.
10. Defender Nuestra Cruz es defender la Única Verdadera Religión Que Somos Nos.
11. Defender Nuestra Cruz es defender Todas las Verdades de la Fé Divina y Católica que Mi Padre y Yo y Nuestro Espíritu Santo os infundimos.
12. Defender Nuestra Cruz es defender vuestra Eterna Salvación y ser fortalecidos y santificados por Nos, Que estamos en Nuestra Cruz para libraros de todo mal y llenaros de Nos, Que Somos El Sumo Bien, la Suma Verdad, la Única Verdadera Deidad: Yo y Mi Padre y Nuestro Mutuo y Eterno Amor, Que Es Nuestro Espíritu Santo».