Mi Amado Pedro:
La Seguridad Mía Es Infinita. La Seguridad Mía Es Eterna. Yo Soy La Infinita Seguridad en la Unidad de Mi Padre y de Nuestro Espíritu Santo.
Tú has recibido Mi Seguridad. La vives eternamente. La participas y la contemplas para siempre. Tú Te aseguras sin límites en Mí, Que Soy La Seguridad sin límites. Tu Fé en Mí es sin límites, pues sin límites Yo Soy. Confías en Mí sin límites.
¡Cuánto Te alegras de ver cómo hay almas que se acercan a Mis Templos, con gran recogimiento, con íntimo y divino entusiasmo, pues vienen a Mí, Que les espero en el Sagrario!
Guardan sepulcral y Divino Silencio, se abstraen de todo lo que les rodean y empiezan a comunicarse Conmigo de manera más atenta, llenos sus corazones de Mi Divino Amor.
El ambiente así de Mis Templos cambiaría, y ¡cuántas almas se salvarían…!