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Duodécimos Diálogos de Jesús con San Pedro Apóstol, Padre de los Apóstoles

Mi Amado Pedro:

Tú confías en Mi Corazón. Tú sabes que Yo Soy la Victoria. A Mí, nadie puede vencerMe. Tengo Paciencia, doy tiempo por si Mis almas deciden al fin convertirse.

¡Qué Dolor Me causa la eterna CONDENACIÓN de las almas, ese no querer ellas que Yo les perdone!

Mi deseo es perdonar, mas no todas desean el perdón.

¡Cuánto te alegras Tú de que las almas deseen Mi Perdón!

Cuanto más un alma desea recibir Mis Perdones, más la perdono, más feliz la hago, más garantía tiene de perseverar hasta el fin deseando Mi Perdón, Que Es El Mismo Perdón de Mi Padre y de Nuestro Espíritu Santo.

Pedro, Tú deseas lo que Yo deseo. Tú deseas que los Sacerdotes estén muchas horas esperando y atendiendo santamente a las almas en los confesionarios.

¡Es tan necesaria y urgente esta labor! ¡Cuántas almas se salvarían! ¡Qué esplendor llegaría a tener Mi Iglesia en la Tierra!

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