«Veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre»
(San Juan 1, 45-51)
NOS, SAN PEDRO APÓSTOL, PADRE DE LOS APÓSTOLES, VIMOS EL CIELO ABIERTO, COMO NOS DIJO NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, Y VIMOS SUBIR Y BAJAR A LOS SANTOS ÁNGELES POR EL HIJO DEL HOMBRE, QUE ES EL MISMO SEÑOR NUESTRO JESUCRISTO, DIOS Y HOMBRE VERDADERO.
DESDE EL CIELO HABLAMOS A NUESTRA IGLESIA MILITANTE, Y LE DECIMOS:
SIGUE SIENDO NUESTRA SANTA Y ÚNICA IGLESIA, UNIDA A LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO Y A NOSOTROS, QUE ESTAMOS EN LA SANTA MADRE IGLESIA CELESTIAL E INDEFECTIBLE, PARA TODA LA ETERNIDAD.
SÉ ESPOSA FIEL DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, ÉL ES EL GLORIOSO LEÓN DE JUDÁ QUE VENCE AL LEÓN INFERNAL.
PARA SER FIEL A ÉL, ESCÚCHALE A ÉL MISMO, ASÍ COMO NOSOTROS LE ESCUCHAMOS EN EL CIELO Y EN TODO LE OBEDECEMOS.
EL ETERNO PADRE NOS MANDA QUE ESCUCHEMOS A SU ÚNICO Y ETERNO HIJO, NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
NO DEBÉIS ESCUCHAR A OTROS, PUES SÓLO ÉL ES EL QUE ES EL HIJO ÚNICO DEL PADRE EN QUIEN EL MISMO Y ETERNO PADRE TIENE TODAS SUS COMPLACENCIAS.
QUE SEA EL HIJO ÚNICO Y ETERNO DEL PADRE EL QUE HABLE A TRAVÉS DE TODOS, COMO OCURRE AQUÍ EN EL CIELO.
AQUÍ, EN EL CIELO, NO ESCUCHAMOS LAS VOCES DEL MUNDO, NI DEL DEMONIO, NI DE LA CARNE.
AQUÍ EN EL CIELO ESCUCHAMOS Y SEGUIMOS ÚNICAMENTE LA VOZ DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO.
(Leonis Iudæ
Gloriosi Nazareni
Iesuchristi Petræ
Romanæ Universalis
Triumphum).
=
(Triunfo de la Romana Piedra Universal del Glorioso León de Judá, Jesucristo Nazareno).