P. Persona:
A. Alma
C. Cuerpo
E. Espíritu.
«Et Deus Pacis sanctíficet vos per omnia, ut ínteger spíritus vester, et ánima et corpus, sine querela in adventum Dómini Nostri Iesuchristi servetur» (1ª Tesalonicenses 5, 23).
«Que el Dios de la Paz os santifique por completo, para que vuestro íntegro espíritu y alma y cuerpo se conserve sin tacha hasta la venida de Nuestro Señor Jesucristo» (1ª Tesalonicenses 5, 23).
La persona humana, a imagen de Dios Padre, de Dios Hijo, de Dios Espíritu Santo, es espíritu, alma y cuerpo.
Pero el espíritu humano es el «yo», es decir, «espíritu personal», la «persona» propiamente dicha, que forma una «unidad esencial» con su propia alma, naturalmente inseparable de la propia alma, de manera que no son dos seres espirituales independientes, sino un solo ser.
Cada «persona» humana, o sea, cada «espíritu personal humano» ha de contemplar a Cada Espíritu Personal Divino, es decir, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Contemplando al Padre contemplamos al Hijo y al Espíritu Santo.
Contemplando al Hijo contemplamos al Padre y al Espíritu Santo.
Contemplando al Espíritu Santo contemplamos al Padre y al Hijo.
Contemplando al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, contemplamos la Infinita y Eterna Unidad de las Tres Divinas Personas, o sea, Su Divinidad Única, Infinita y Eterna.
Contemplando al Padre contemplamos al Hijo y al Espíritu Santo, Que están infinita y eternamente en el Padre.
Contemplando al Hijo contemplamos al Padre y al Espíritu Santo, Que están Infinita y eternamente en el Hijo.
Contemplando al Espíritu Santo contemplamos al Padre y al Hijo, Que están infinita y eternamente en el Espíritu Santo.
Por el pecado, la unidad que había en el ser humano, a imagen de la Santísima Trinidad, se perdió en gran parte.
Antes de pecar, Adán y Eva tenían la perfecta unidad en sí mismos y entre ellos. Unidad que se puede de algún modo expresar, diciendo:
El «espíritu personal» de Adán estaba todo en «toda el alma» y en «todo el cuerpo» de Adán.
El alma de Adán estaba toda en todo el «espíritu personal» y en «todo el cuerpo» de Adán.
El cuerpo de Adán estaba todo en todo el «espíritu personal» y en «toda el alma» de Adán.
Lo mismo acontecía en Eva, antes del pecado.
Esto, dicho por Adán o Eva en primera persona, sonaría así:
«Yo «estoy todo» en toda mi alma y en todo mi cuerpo.»
«Mi alma está toda en «mí todo», y está toda en todo mi cuerpo.»
«Mi cuerpo está todo en «mí todo», y está todo en toda mi alma.»
«Mi «yo o espíritu personal todo» y mi «alma toda» y mi «cuerpo todo» están inmensamente unidos, siendo un solo ser humano íntegro, perfecto: no tres seres humanos distintos, sino un solo ser, a imagen de Dios.»
AÑADIMOS ESTO MISMO EN LA RELACIÓN Y UNIÓN SOBRENATURAL CONTINUA QUE NUESTROS PRIMEROS PADRES, ADÁN Y EVA, TENÍAN CON LA SANTÍSIMA TRINIDAD
«Yo «estoy todo» en toda mi alma y en todo mi cuerpo; y yo estoy todo en el Padre, Que Está Todo en Su Hijo y en el Espíritu Santo.»
«Mi alma está toda en «mí todo», y está toda en todo mi cuerpo; mi alma está toda en el Hijo, Que está Todo en Su Padre y en el Espíritu Santo.»
«Mi cuerpo está todo en «mí todo», y está todo en toda mi alma; y mi cuerpo está todo en el Espíritu Santo, Que está Todo en el Padre y en el Hijo.»
«Mi «yo o espíritu personal todo» y mi «alma toda» y mi «cuerpo todo» están inmensamente unidos, siendo un solo ser humano íntegro, perfecto: no tres seres humanos distintos, sino un solo ser, a imagen de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, Que no son tres dioses o tres seres distintos, sino Un Solo y Único Ser Divino, Un Solo y Único Dios, Una Sola y Única Divinidad Viva y Verdadera.»
BREVE HORA SANTA CON JESÚS SACRAMENTADO
1. «Mis muy Amados Obispos: «Como Mi Padre Me envió, así os envío Yo».
2. Yo no Soy «un hombre, un hombre», como se ha dicho de Mí. YO SOY PERSONA ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE DIVINA, IGUAL A MI PADRE Y AL ESPÍRITU SANTO, Que, sin dejar de Ser El Mismo y Único Dios Vivo y Verdadero, Me he querido hacer HOMBRE, pero no persona humana, por vosotros y por vuestra Salvación.
3. No es lo mismo «hombre» que «persona humana». El hombre es el cuerpo humano y el alma humana, o sea, la naturaleza humana, la substancia humana, corporal y espiritual.
4. Pero la «persona humana» es ese «espíritu humano» o «yo humano» que forma con el alma una unidad, y es como la cabeza directora del alma humana y del cuerpo humano.
5. Pero Mi «YO» no es humano, es Única y Exclusivamente Divino, es decir, «EL ESPÍRITU PERSONAL UNIGÉNITO DE MI PADRE», IGUAL A MI PADRE, QUE ES «ESPÍRITU PERSONAL INGÉNITO», es decir, «NO ENGENDRADO», e IGUAL AL «ESPÍRITU PERSONAL ESPIRADO» POR MI PADRE Y POR MÍ, QUE ES NUESTRO ESPÍRITU SANTO.
6. Mi Padre y Yo y Nuestro Espíritu Santo, Espíritus Personales Divinos, Distintos e Iguales en Infinita y Eterna Dignidad, SOMOS UN SOLO, INFINITO Y ETERNO ESPÍRITU ESENCIAL O DIVINIDAD, LA ÚNICA DIVINIDAD VIVA Y VERDADERA, EL ÚNICO VERDADERO DIOS.
7. Se ha dicho también de Mí que no soy un «espíritu». YO No Soy Un «espíritu personal humano», y aunque a Mi Propia Alma Humana La Llamo Espíritu, no es porque Ella Sea Espíritu Personal Humano, sino porque, siendo sólo «ESPÍRITU ESENCIAL HUMANO», NO PERSONAL, está junto con Mi Propio Cuerpo Infinitamente Unida A Mí, «Que Soy El Que Soy El Eterno Espíritu Personal Unigénito», o sea, EL Único Hijo Eterno de Mi Padre, Igual a Mi Padre y a Nuestro Espíritu Santo.
8. Y, así, al expirar en la Cruz, digo, refiriéndoMe a Mi Propia Alma, no como espíritu personal humano, sino como espíritu esencial humano, pues así es Mi Propia Alma Humana: «PADRE, A TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU». Para todo esto, mirad Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses, capítulo 5, versículo 23:
«ET DEUS PACIS SANCTÍFICET VOS PER OMNIA, UT INTEGER SPÍRITUS VESTER, ET ANIMA ET CORPUS, SINE QUERELA IN ADVENTUM DOMINI NOSTRI IESUCHRISTI SERVETUR».
«Y EL DIOS DE LA PAZ OS SANTIFIQUE TOTALMENTE, PARA QUE VUESTRO ENTERO ESPÍRITU Y ALMA Y CUERPO SEA CONSERVADO SIN MANCHA HASTA LA VENIDA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO».