Compartir

Infinita y Eterna Conciencia I

HORA SANTA CON NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, DIOS Y HOMBRE VERDADERO, EN SUS SAGRARIOS

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, A SUS ALMAS

«Mis almas:

Yo y Mi Padre Somos Uno Con Nuestro Mutuo Amor Que Es Nuestro Espíritu Santo.

Nuestra Unión Es Infinita.

Mi Padre Está Todo en Mí.

Yo Estoy Todo en Mi Padre.

Nuestro Espíritu Santo Está Todo en Mi Padre y en Mí.

Mi Padre y Yo Estamos Total e Infinitamente en Nuestro Espíritu Santo.

Mi Padre Me Ama Infinitamente, sin principio ni fin.

Yo amo a Mi Padre Infinitamente, desde toda Nuestra Propia Eternidad, sin principio ni fin.

Mi Padre y Yo amamos a Nuestro Espíritu Santo.

Nuestro Espíritu Santo Nos ama a Mi Padre y a Mí.

Yo tengo Conciencia Infinita y Eterna de Mí Mismo, jamás la dejé de tener.

YO SOY Consciente infinitamente de Mi PROPIA SUBSTANCIA DIVINA, de Mi Propia ESENCIA DIVINA, de Mi Propia Naturaleza Divina.

Pensad, almas mías, que, haciéndoMe Carne, Mi Carne no Me quita Mi Propia Conciencia.

Mi Carne recibe infinitamente Mi Propia Conciencia, Mi PROPIA Conciencia Divina, la que YO TENGO de MÍ MISMO desde toda la eternidad, sin principio ni fin.

YO SOY infinitamente CONSCIENTE de MÍ MISMO, de Mi Propia PERSONA.

MI PROPIA PERSONA, Mi Propio «YO» es INFINITAMENTE CONSCIENTE de SÍ MISMO.

YO MISMO SOY EL QUE SOY por MÍ Mismo CONSCIENTE de Mí MISMO y de Mi Propia Naturaleza Divina, desde toda la eternidad, sin principio ni fin; y, HECHO CARNE, no dejo de SER EL QUE SOY infinitamente CONSCIENTE de MÍ MISMO y de Mi Propia ESENCIA DIVINA.

Hay muchos que piensan que YO fui tomando conciencia de Mí Mismo poco a poco. Están engañados.

No Me conocen, no saben que YO no soy persona humana. Creen que tengo un «yo humano», una conciencia de persona humana, que a sí misma se divinizara o tuviera una progresiva conciencia de ser divinizada.

Pero YO no tengo persona humana, sino Naturaleza Humana Perfectísima, unida infinitamente a Mí, QUE SOY PERSONA ÚNICAMENTE DIVINA: LA SEGUNDA DIVINA PERSONA DE NUESTRA PROPIA SANTÍSIMA TRINIDAD.

YO SOY, por tanto, PERSONA QUE ES infinitamente CONSCIENTE de SÍ MISMA, lo mismo que Mi PADRE y NUESTRO ESPÍRITU SANTO: YO SOY PERSONA DIVINA.

Mi Carne, es decir, mi CUERPO y mi Alma, no tiene más conciencia que Mi Propia Conciencia Personal Que Es Divina, Eterna, Infinita.

Mi CARNE No tiene persona propia humana, sino sólo Mi Propia PERSONA, que, como os digo, es infinitamente CONSCIENTE de SÍ MISMA y de SU PROPIA ESENCIA DIVINA; y, del mismo modo, Conciencia Infinita y Eterna que siempre, desde toda Mi Eternidad, Yo tengo de Mi Propio Cuerpo y de Mi Propia Alma, que tuve PRESENTES como si ya Me hubiese encarnado. Tuve infinita y eternamente presente Mi Propia Carne Purísima, Mi Propio Germen, que no podía ser contaminado; tuve desde toda la Eternidad PRESENTE Mi Carne, La Cual ES INFINITAMENTE SANTA porque Es Mi Carne: el CUERPO y el ALMA MÍOS, y YO SOY la INFINITA SANTIDAD, en la infinita y Eterna UNIDAD que YO TENGO con Mi Propio y Eterno Padre y con Nuestro MUTUO AMOR Que Es Nuestro Espíritu Santo.

Mis almas, alegraos, porque YO no soy una persona humana con propia conciencia humana; YO SOY solamente PERSONA DIVINA, ESPÍRITU PERSONAL DIVINO INFINITO y ETERNO, que tiene INFINITA Conciencia de Sí MISMO y de Su PROPIO SER ESPÍRITU ESENCIAL DIVINO o ESENCIA DIVINA, que es la Misma Esencia Divina o Espíritu Esencial Divino de Mi Propio y Eterno Padre y de Nuestro MUTUO AMOR Que Es Nuestro Espíritu Santo.

Cuando Me veían en Palestina, cuando Yo estuve treinta años de Vida Oculta en Nazaret, cuando YO estaba predicando y haciendo milagros durante Mis tres años de Vida Pública, tenía, como tengo eternamente, sin principio ni fin, Mi Única Conciencia, que Es infinitamente Santa: la Conciencia que os estoy manifestando de Mí Mismo y de Mi Propia ESENCIA DIVINA, que Es La Misma Esencia Divina o Divinidad de Mi Propio y Eterno Padre y de Nuestro Espíritu Santo.