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Jesucristo, Nuestro Dios y Señor, a nosotros, sus ordenados

JESUCRISTO, NUESTRO DIOS Y SEÑOR, A NOSOTROS, SUS ORDENADOS POR ÉL PARA HACER SUS VECES EN SU ÚNICA Y CATÓLICA IGLESIA

«Sacerdotes Míos, ordenados por Mi Sacramento de Mi Orden Sacerdotal:

Mi Cuerpo, que será entregado por vosotros, no sea por vosotros entregado; Mi Cuerpo, que será entregado a la muerte en beneficio vuestro, no sea por vosotros traicionado, entregándoLo a otras manos, sino a Mis Propias Manos por Mí Consagradas por el Sacramento de Mi Orden Sacerdotal, según el Orden de Melquisedec, por el Cual Sacramento participáis de Mi Único y Eterno Sacerdocio Sumo, Infinito, Inmenso, Fontanal, Capital, Divino.

Si entregáis Mi Cuerpo a otras manos, Me traicionáis, y Mi creación entera, gimiendo como con Dolores de parto, se quejará de vosotros, y atraeréis su queja contra toda la humanidad que vosotros entregáis, profanáis, entregando indebidamente o traicionando Mi Cuerpo, el Cuerpo del Creador Que Yo Soy, en la Unidad de Mi Padre y de Nuestro Espíritu Santo.

Mi Cuerpo ha de ser entregado no a las manos no consagradas por Mí, sino a las almas bien dispuestas en la puerta de ellas, en sus bocas, pues escrito está: «Abre tu boca y te la llenaré de Espíritu» (Salmo 81, 10).Yo Soy el Espíritu Personal, Hijo Único del Padre; Yo Soy el Espíritu Personal Unigénito del Padre, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, Igual a Mi Padre y a Nuestro Espíritu Santo, Un Solo y Único Dios con Ellos, Un Solo Espíritu Esencial o Una Sola Esencia Divina o Divinidad con Mi Mismo Padre y Nuestro Espíritu Santo.

Yo, Que Soy entregado a manos indebidas por la desobediencia, no sea Yo entregado por vosotros a las manos no debidas, y podréis salvaros, actuando como os mando, y muchos más podrán ser salvados.

Yo quiero que todos se salven. Yo quiero que todos quieran salvarse. Más no todos quieren ser salvados por Mí, Que Soy el Único Salvador, el Salvador del mundo.»