Mis almas:
Qué Dolor para Mi DIVINO CORAZÓN veros como ovejas sin Pastor.
Porque YO SOY el ÚNICO y VERDADERO PASTOR de todas las almas, de todos los corazones, de todas vosotras, mis criaturas; pero he querido que cooperen CONMIGO estos amigos MÍOS a los que he concedido MIS DIVINOS PODERES SACERDOTALES, para que ellos, actuando en MI PROPIA PERSONA, que es únicamente Divina, hagan posible la aplicación de MI PROPIA REDENCIÓN y SALVACIÓN a todas las almas.
Mas, como estéis empeñados en no pastorear, MINISTROS MÍOS, con la ÚNICA DOCTRINA QUE YO SOY EN LA UNIDAD DE MI PADRE Y DE NUESTRO ESPÍRITU SANTO, y no mezclando mi propio SER DIVINO con el pensamiento humano, no podréis nunca ejercer bien vuestro propio Ministerio.
Renunciad al mundo, renunciad al demonio, renunciad a la carne; revestíos de MÍ, QUE SOY EL QUE SOY EL ÚNICO DIOS VIVO Y VERDADERO, EN LA UNIDAD DE MI PADRE Y DE NUESTRO MUTUO AMOR, EL ESPÍRITU SANTO.
¿Qué os cuesta venir a estar CONMIGO las más extensas horas que podáis, CONTEMPLANDO MI ROSTRO en el Sagrario?
Si os llenáis de MÍ y procuráis PONER SILENCIO en los TEMPLOS MÍOS, si dais gracias a MI DIVINO NOMBRE tras recibirMe en la Sagrada Comunión, si os sentáis al confesionario las horas que yo os inspire, en beneficio de MIS almas, esperándolas como YO las espero a través de vosotros, pues el ORDEN SACERDOTAL, que lleváis impreso en vuestro ser, atrae Mi Presencia Suma y Eterna Sacerdotal para trabajar a las almas y llenarlas de NUESTRA PROPIA DIVINIDAD, la MÍA, QUE ES LA MISMA de MI PADRE y de NUESTRO ESPÍRITU SANTO.
Mas si os dedicáis, no a lo que es propio de vuestro propio Orden Sacerdotal, no me estáis dando la Gloria que Yo quiero, me estáis dejando abandonadas a las almas que os encomiendo
Os ruego humildemente, hijos míos, que volváis a ser los guardianes de Mis Templos, que paséis la mayor parte del día en MIS TEMPLOS, administrando el Sacramento de la Divina Reconciliación, administrándolo debidamente, con la gracia que YO doy, por el ORDEN SACERDOTAL, para discernir a las almas, para consolarlas y llenarlas de mi DIVINO NOMBRE, para llenarlas de MI SABIDURÍA, de Mi Propia Divinidad.
Pues, Ministros Míos, no cejéis en el intento de una CONVERSIÓN continua hacia MÍ, que SOY LA VERDAD, y no permitáis ninguna profanación de Mi DIVINA EUCARISTÍA, predicad en Mis Templos, acerca de todo lo que Yo os manifiesto, os doy a conocer, os enseño y os mando que comuniquéis al mundo.
No mezcléis la Verdad con la mentira, no mezcléis al Santo con los demonios, esto nunca es posible.
Rechazad la mentira, rechazad a los demonios, y venid a mí. Quiero que os salvéis, no os condenéis, y no seáis instrumentos de condenación para Mis almas.