1. «SI TU OJO FUERE LIMPIO, TODO TU CUERPO ESTARÁ ILUMINADO» (Mateo 6, 22).
«Mis almas, humanidad que Me escuchas:
Si tu ojo, tu conciencia, tu propio ojo interior fuere limpio, sin mancha alguna, sin falta o pecado alguno, sin consentimiento en desorden alguno por pequeño que parezca, aceptándoMe a Mí, Dios y Hombre Verdadero, todo tu cuerpo estará iluminado, porque toda tu propia alma, llena de Mi Divina Luz, llena de Mi Divino Amor, al estar unida a tu cuerpo, le inundará con esta Mi Propia Amistad, con Mi Propia Gracia, con Mi Propia Luz, con creciente participación de Mi Vida, Vida Divina, Vida Eterna, la Misma Eterna Vida de Mi Padre y de Nuestro Espíritu Santo.»
2. «BIENAVENTURADOS LOS LIMPIOS DE CORAZÓN, PORQUE ELLOS VERÁN A DIOS» (Mateo 5, 8).
«Almas Mías, humanidad que quiera escucharMe:
Si vuestros corazones, vuestros espíritus, vuestras personas humanas son limpias, Me veréis, Me conoceréis más y más, pues Yo Soy Inagotable, Infinito, Eterno, en la Infinita Unidad de Mi Padre y de Nuestro Espíritu Santo; Soy, con Ellos Mismos, El Único DIOS VIVO Y VERDADERO.»
3. ABRAHAM, ANDA EN MI PRESENCIA Y SERÁS PERFECTO (Génesis 17, 1).
«Almas fieles, almas Nuestras, humanidad de buena voluntad:
No seréis perfectos nunca si no andáis en Nuestra Divina Presencia. Tenéis que pensar que Yo y Mi Padre y Nuestro Mutuo y Eterno Amor, Que Es Nuestro Espíritu Santo, lo llenamos todo, lo invadimos todo, lo penetramos todo y con nada ni nadie Nos confundimos, con nada ni nadie Nos identificamos, pues LO TRANSCENDEMOS TODO, SOMOS LA INFINITA Y ETERNA TRANSCENDENCIA.
Viviendo siempre Esta Nuestra Infinita y Eterna Transcendencia que lo llena todo, lo invade todo, lo penetra todo, lo ve todo, lo puede todo, lo sostiene todo, lo crea todo, lo sabe todo, LLEGARÉIS A LA PERFECCIÓN EN LA FE, EN LA ESPERANZA, EN LA CARIDAD, en todas las Virtudes.»
4. MIRAR, CONTEMPLAR, POR LA FE DIVINA Y CATÓLICA, LA NATURALEZA DIVINA DE DIOS Y SUS TRES DIVINAS PERSONAS.
«Almas Nuestras, almas que buscan el Rostro del Verdadero Dios Que Es Mi Padre y Yo, Resplandor Único Suyo o Hijo Único Suyo, y Nuestro Mutuo y Eterno Amor, Que Es Nuestro Espíritu Santo:
Os amamos, con Amor Infinito y Eterno, y queremos que, deseando vosotras, almas queridas Nuestras, VER, POR LA SANTA VIRTUD DE LA FE, NUESTRO DIVINO ROSTRO, os fijéis siempre en Mi Propia y Sacratísima Humanidad, es decir, en Mi Propio Cuerpo Infinitamente Santo y en Mi Propia Sacratísima Alma Infinitamente Santa, esto es, EN MI PROPIA Y ADORABILÍSIMA NATURALEZA HUMANA, Que Es El Cuerpo y el Alma De Mi Única Propia Persona Que Es Única y Exclusivamente Divina, la Segunda Divina Persona de Nuestra Propia SANTÍSIMA TRINIDAD, Igual a Mi Padre y a Nuestro Espíritu Santo; y, a partir siempre de Mi Propia y Sacratísima Humanidad o Naturaleza Mía Humana, que Es Infinitamente Santa, Infinitamente Gozosa, Infinitamente Luminosa, Infinitamente Dolorosa, Infinitamente Gloriosa, y por Mi Misma Sacratísima Humanidad, VEÁIS Y CONTEMPLÉIS, POR LA LUZ DE LA DIVINA Y CATÓLICA FE, MÁS Y MÁS, HASTA LLEGAR A LA VISIÓN CARA A CARA DEL CIELO, MI PROPIA NATURALEZA DIVINA O SUBSTANCIA DIVINA, QUE ES LA MISMA NATURALEZA DIVINA O SUBSTANCIA DIVINA DE MI PADRE Y DE NUESTRO ESPÍRITU SANTO.»
5. LA PERSONA HUMANA O ESPÍRITU HUMANO, JUNTO CON SU PROPIA ALMA Y CUERPO, DEBE ESTAR SIEMPRE TOTALMENTE UNIDA AL PADRE Y AL HIJO JESUCRISTO Y AL ESPÍRITU SANTO.
«Mis muy queridos espíritus humanos creados por Mí y por Mi Padre y por Nuestro Mutuo, Infinito y Eterno Amor, Que Es Nuestro Espíritu Santo: Somos Uno, El Infinito y Eterno Amor, El Único Dios Vivo y Verdadero.
Os hemos querido crear como imágenes Nuestras.
Os hemos querido crear ESPÍRITUS, es decir, PERSONAS.
Os hemos querido hacer «ESPÍRITUS HUMANOS» que sepan entender lo que sois, es decir, que tenéis substancialmente unidas a vosotros, ESPÍRITUS HUMANOS, vuestras propias y respectivas ALMAS HUMANAS, que SON UN SOLO SER con vosotros, «ESPÍRITUS HUMANOS»,
a Imagen de como CADA UNO de NUESTROS PROPIOS TRES DIVINOS ESPÍRITUS PERSONALES O TRES DIVINAS PERSONAS SOMOS UN SOLO SER DIVINO CON NUESTRA ÚNICA SUBSTANCIA DIVINA O NATURALEZA DIVINA. SOMOS UN SOLO Y ÚNICO DIOS PORQUE LAS TRES DIVINAS PERSONAS TENEMOS UNA SOLA DIVINA NATURALEZA PROPIA NUESTRA, es decir, UNA SOLA DIVINA Y ETERNA ESENCIA O SUBSTANCIA DIVINA.
Así, almas Nuestras, creadas a Nuestra Imagen, queremos que os parezcáis a Nuestras Tres Divinas Personas, Que Somos Un Solo Ser Divino, Único y Eterno, El Creador, el Redentor, El Santificador, El Retribuidor de Premio a quienes se respetan y respetan a los demás como imágenes Nuestras y son, piensan, desean, hablan, actúan en Nuestro Divino Amor, en consonancia perfecta con Nosotros, Que Somos La Infinita Unidad, El Único Dios, la Infinita Santidad, la Infinita Pureza, la Infinita Felicidad.
Pero no puedo retribuir con premio alguno a quienes no se respetan como imágenes Nuestras, sino que, por el contrario, se hunden en el abismo de su decisión libre de manchar continuamente nuestra propia imagen que son ellos mismos y los demás, con lo cual no quieren dejarse moldear por Nuestras Tres Divinas Personas, Que los querríamos hacer parecidos a Nuestras Mismas Tres Divinas Personas, haciéndoles recobrar más y más la semejanza con Nosotros que por el pecado perdieron, para poderlos eternamente premiar en Nuestra Gloria, pero no quieren.»
6. EL ALMA HUMANA Y EL CUERPO HUMANO, QUE SON LA NATURALEZA HUMANA, DEBEN ESTAR SIEMPRE UNIDOS, JUNTO CON SU PROPIO «YO» O ESPÍRITU HUMANO O PERSONA HUMANA, A LA NATURALEZA O SUBSTANCIA DIVINA DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO.
«Almas humanas y cuerpos humanos, que sois naturaleza humana creada por Mi Padre y por Mí y por Nuestro Espíritu Santo:
Os hemos sacado a la existencia por Nuestro Divino Poder, por Nuestro Divino Amor, por Nuestra Propia e Infinitamente Libre Voluntad.
Almas humanas creadas por Nosotros, Que Somos Uno, la SANTÍSIMA TRINIDAD, El Único Dios Vivo y Verdadero:
Os hemos creado de la nada cuando Mi Padre y Yo y Nuestro Espíritu Santo hemos unido las semillas de vuestros cuerpos correspondientes.
La creación de vuestras almas la realizamos de la nada directamente, no a través del cuerpo de los padres, dentro de vuestras ambas semillas, paternal y maternal, unidas entre sí por Nuestra Propia Divina Providencia, queriendo o permitiendo instrumentos vivos y humanos, paternales y maternales, respectivamente fieles o infieles a Nos, dentro del estado de verdadera corrupción y desviación en que quedó el cuerpo humano tras el pecado original de vuestros primeros padres, Adán y Eva.
Por eso vuestras almas, creadas de la nada por Nos dentro de vuestros correspondientes cuerpos recién concebidos, quedan manchadas por ese río de corrupción causado en el cuerpo humano a raíz del pecado de vuestros primeros padres, y necesitan el Bautismo, el Sacramento con que os limpiamos de esa terrible mancha original que lleva a vuestros cuerpos hacia la muerte.
Por la Gracia del Bautismo, por el cual os sumergimos en Nuestro Divino Nombre, en Nuestra Divina Naturaleza, haciéndoos consortes de Nuestra Misma Naturaleza Divina, recibís el Poder Sobrenatural de verdaderos hijos e hijas adoptivos Nuestros, por el cual Poder tenéis la Facultad de cooperar Conmigo y con Mi Padre y con Nuestro Espíritu Santo en vuestra propia santificación.
Os pedimos a vosotros, «ESPÍRITUS PERSONALES HUMANOS o PERSONAS HUMANAS» que llevéis vuestras respectivas almas y cuerpos, es decir, vuestra propia naturaleza humana, a la Oración Verdadera, a la Comunicación Sobrenatural Conmigo y con Mi Padre y con Nuestro Espíritu Santo, mediante Mi Propia Adorabilísima Naturaleza Humana, para que de este modo os concedamos cada vez una mayor UNIÓN DIVINA de vuestra respectiva naturaleza humana, (alma y cuerpo), con NUESTRA PROPIA NATURALEZA DIVINA, QUE ES NUESTRO PROPIO SER DIOS POR NOS MISMO».
7. ESTA ES LA VERDADERA Y SANTA PUREZA.
«Mis benditos espíritus humanos, que habéis recibido Nuestro Divino Bautismo, El Divino Sumergimiento en Nosotros, Que Somos Uno, El Único Dios Vivo y Verdadero, o queréis prepararos para recibirlo lo más pronto posible:
Esforzaos por entrar por la Puerta Estrecha, por la Puerta Crucificada Que Yo Soy, procurando unir, por la verdadera Fe Divina y Católica en Mí y en Mi Padre y en Nuestro Espíritu Santo, vuestras propias almas a Nuestro Divino Nombre, a Nuestra Divina Esencia, a Nuestra Propia Naturaleza Divina o Substancia Divina Que Con Nosotros lo llena todo, lo invade todo, lo penetra todo y lo transciende todo, para que, de este modo, no queráis ver vuestra propia naturaleza humana, sino MI PROPIA Y LLAGADA NATURALEZA HUMANA INFINITAMENTE SANTA con Nuestra Propia Mirada participada en vosotros por Nuestra Divina Gracia y Misericordia; y, así, no queráis ver vuestro propio ser y persona humana, sino NUESTRAS TRES DIVINAS PERSONAS, con Nuestra Propia Mirada, infundida participativamente en vosotros.
Este querer, esta voluntad, este santo empeño de vuestro corazón os lo damos, os lo aumentamos si en espíritu y en verdad queréis en todo agradarNos completamente, en lo cual consiste la verdadera Santa Pureza de vuestro propio espíritu, de vuestra propia alma, de vuestro propio corazón, de vuestro propio cuerpo, al cual cuerpo vuestro lo cubrís completamente y lo protegéis de vuestras propias miradas humanas y de las de los demás».
8. EL GERMEN DE YAHVÉ.
«YO, el HIJO ÚNICO del PADRE, el ÚNICO DIOS VIVO y VERDADERO, en la INFINITA UNIDAD de MI PADRE y de NUESTRO MUTUO AMOR, el ESPÍRITU SANTO, lo llenamos todo, lo invadimos todo, lo penetramos todo y con nada ni con nadie nos identificamos, sino que TODO LO TRANSCENDEMOS, SOMOS INFINITAMENTE SUPERIOR y DIFERENTE a todo lo que hemos creado o podríamos crear si quisiéramos.
Tened en cuenta, amadísimas almas Nuestras, que hemos hecho que el ser humano y el ser angélico participen de Nuestra PROPIA VIDA DIVINA.
Así, desde el primer instante de la creación de los ángeles y de los seres humanos, dimos a ellos, libre y gratuitamente, NUESTRO GERMEN, para que participaran de Nuestra Propia Vida Divina: dimos en SEMILLA la ENCARNACIÓN, el GERMEN de YAHVÉ.
Yo comunico este GERMEN a Adán y Eva.
ESTE GERMEN SOY YO EN CUANTO HOMBRE, ES MI MADRE, REINA Y MADRE DE TODA LA CREACIÓN, CREADA POR NOS ANTES DE TODOS LOS SIGLOS, LA SIEMPRE VIRGEN MARÍA, un SOLO SER con JOSÉ; y así, de no haber habido pecado en Adán y Eva, todos LO habríais tenido: Todos habríais tenido este GERMEN, naciendo continuamente de ÉL.
Pero Adán y Eva pecaron y vosotros todos, descendientes suyos, pecasteis como Adán y Eva, y YO lo vi desde toda la eternidad.
Pero YO, en cuanto hombre, ME tuve presente desde toda la eternidad junto con MI MADRE y JOSÉ.
SOY YO CON ELLOS EL ÁRBOL DE LA VIDA, el CENTRO, el CULMEN de TODA LA CREACIÓN, la PIEDRA ANGULAR, la ROCA PERPETUA. Mientras Adán y Eva se alimentaban de MÍ, mientras vivían a María y a José, mientras vivían a imagen y semejanza NUESTRA, no pecaban.
Lo mismo los ángeles.
Pero los ángeles que pecaron no quisieron arrepentirse, no quisieron beneficiarse de NOS, pidiéndoNos perdón, sino que decidieron apartarse para siempre de MÍ y de MI MADRE, que es Un Solo Ser inefablemente Altísimo con José; ELLA ES la PERPETUA VIRGINIDAD, la INMACULADA CONCEPCIÓN, la PLENITUD DE LA SANTIDAD: LE he dado LO MÁS ALTO QUE YO, CON MI PADRE y EL ESPÍRITU SANTO, puedo comunicar a pura criatura, y Soy Omnipotente en la Unidad de mi Padre y del Espíritu Santo, la infinita Potencia, la Infinita Bondad, la Infinita Sabiduría, La Infinita Majestad, la Infinita Hermosura, la Infinita Inocencia, la Infinita Dulzura, la Infinita Caridad, Infinitos Bienes en grado Infinito.
De todo ello, sin dejar nada de ello, QUISIMOS COMUNICAR Y COMUNICAMOS en plenitud desbordante, en plenitud especial, en plenitud de plenitudes, a MARÍA y con ELLA MISMA a JOSÉ y a través de ELLA, por ser rodeado de ELLA, que es la Esposa de Él, ESPOSA inmensamente SANTA, inmensamente PURA, inmensamente COMUNICADORA sólo de NUESTRA VIDA DIVINA, teniendo ELLA, únicamente en Nos, conciencia de todos y de todo.
YO, JESUCRISTO, VERDADERA, SUBSTANCIAL Y REALMENTE PRESENTE, TAL Y COMO ESTOY EN EL CIELO, ESTOY EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR.
YO SOY LA OFRENDA PURA, LA OBLACIÓN SANTA, EL SACRIFICIO ETERNO DE INFINITO VALOR, EL INFINITO PODER, LA OFRENDA ÚNICA, «ENVIADA» (en latín «MISSA») POR EL PADRE Y POR EL ESPÍRITU SANTO, QUE ESTÁ CON VOSOTROS, TODOS LOS DÍAS, HASTA EL FIN DEL MUNDO.
YO ME he hecho CARNE PURÍSIMA, CARNE INMACULADA, CARNE DE MARÍA PURÍSIMA, CARNE QUE ES NUESTRO GERMEN DIVINO, para que toda carne sea purificada, para que toda carne sea liberada de las vejaciones diabólicas; y, así, toda carne, o sea, todo el cuerpo y toda el alma, sean transformados, divinizados; y, de esta manera, pueda ser toda la naturaleza humana unida a MI PROPIA CARNE, si el sujeto humano lo permite, lo quiere, lo desea.
Así, los desórdenes todos de la naturaleza humana, debidos al pecado original, los desórdenes de cualquier clase, irán siendo deshechos, al ir continua y crecientemente orientando cada sujeto humano HACIA MÍ todas las potencias de su carne, los sentidos de su cuerpo, las inclinaciones del cuerpo y del alma, las potencias del alma, con todos los dotes naturales; y, siendo continuamente elevados hacia MÍ, por medio de MI OFRENDA PURA, de MI OFRENDA SANTA, de MI OFRENDA INMACULADA, QUE SOY YO MISMO con MI PROPIA CARNE INMACULADA, se van librando de sí mismos y de todos los malignos espíritus que no quisieron vivirMe a Mí, Que Soy La Verdad.
Esta Eterna, Divina y Única Ofrenda u Oblación Sacrificial, Que Yo Soy, Es Enviada a vosotros por MI PADRE y por NUESTRO ESPÍRITU SANTO, para que quien LA acepte de veras, quien crea en ELLA, quien LA CREA, AMÁNDOLA y ESPERÁNDOLO todo de ELLA, PUEDA HACERSE UN SOLO ESPÍRITU CONMIGO; y así el espíritu humano no esté de cara a su alma y a su propio cuerpo, sino de cara a MÍ y a MI PADRE y a NUESTRO ESPÍRITU SANTO.
De este modo, el alma de cada espíritu, de cada persona humana, que forma un todo con el propio espíritu humano o persona humana, estará de cara a NOS, QUE SOMOS SU CREADOR, SU REDENTOR, SU SALVADOR; y, de esta forma, no adoren los espíritus humanos sus propias almas con las propias tendencias ni sus propios cuerpos, sino que ADOREN a NUESTRA PROPIA DIVINIDAD, QUE ES LA FUENTE de todos sus bienes y de todos los bienes, ADORANDO MI PROPIA Y SACRATÍSIMA HUMANIDAD, CUYA ÚNICA PERSONA SOY YO MISMO: LA SEGUNDA PERSONA DE NUESTRA SANTÍSIMA TRINIDAD, por todos los siglos de los siglos eternos. Amén».