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La victoria final sobre la muerte

1 Corintios, 15, 50-52:

50. Y esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni lo que se corrompe hereda lo incorruptible.

51. He aquí, os digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados

52. en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final; pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

HORA SANTA CON JESÚS SACRAMENTADO

Mis almas:

1. Al toque de la trompeta, todos resucitaréis. Vuestros cuerpos se volverán inmortales, incorruptibles.

2. Mas no todos los cuerpos resucitarán gloriosos, sino que muchos resucitarán condenados, monstruosos.

3. Los que en ese momento del toque de la trompeta, -hora del Juicio Final-, estén aún vivos en la Tierra, en ese mismo momento serán transformados en sus cuerpos mortales.

4. Pero no todos los cuerpos de los que aún vivan en la Tierra correrán la misma suerte, pues los cuerpos de los que estuvieren en pecado mortal y sin arrepentimiento, se transforman en cuerpos condenados, horribles, rebeldes, monstruosos, para siempre; mientras que los cuerpos de los que estuvieren en Nuestra Divina Amistad, también en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, se transformarán en cuerpos inmortales, incorruptibles y gloriosos, para toda la eternidad.