Lamentos de Nuestro Señor Jesucristo, Dios y Hombre Verdadero y Persona Únicamente Divina, la Segunda de la Santísima Trinidad, Igual al Padre y al Espíritu Santo
«¡Cuánto me desagrada que MIS MINISTROS no hablen de MÍ al mundo!
¡Cuánto dolor experimenta MI Divino Corazón por el respeto humano, DEJANDO de RESPETARME a MÍ en medio de las gentes!
¡Cuantísima pena ME aflige, viendo que MIS ENVIADOS hablan en contra de MÍ, creyendo que YO bendigo toda religión mundana, cuando ÚNICAMENTE BENDIGO a las ALMAS que BUSCAN MI ROSTRO DIVINO!
Las que NO QUIEREN BUSCARME, las que no tienen buena voluntad, ellas mismas son las que se atraen las maldiciones del infierno.
Yo no puedo decir que es bueno lo que no es bueno. Yo no puedo decir «bien, bien» a lo que es mal. Yo no puedo bendecir el error, el pecado.
¡Cuánto dolor siente MI CORAZÓN, porque quieren pactar con los hombres, dejando MI PACTO; porque quieren que haya una paz mundana, RENUNCIANDO a la PAZ DIVINA; porque quieren fundar una iglesia QUE NO ES LA MÍA!
¡¡¡CUÁNTO DOLOR TIENE MI CORAZÓN!!!»