Escribe;
1. Lo que hace el ser humano en la Única Iglesia del Único Dios Vivo y Verdadero, Trinidad Santísima, es grato o no grato al Mismo y Único Dios: Padre e Hijo Jesucristo y Espíritu Santo.
2. Cuando el ser humano hace algo no grato a Dios, la Iglesia de Dios se da cuenta, desde el Cielo y en la Tierra, y no lo acepta y le amonesta, reprende, y, si es preciso, castiga amorosa y divinamente, sea quien fuere ese ser humano, para que pueda ser salvado eternamente y no odie a Dios eternamente en el infierno.
3. Cuando el ser humano hace algo agradable a Dios, la Iglesia se da cuenta desde el Cielo y lo acepta, sea quien fuere ese ser humano, y lo premia.
4. Cuando el ser humano de una persona Bautizada hace algo desagradable a Dios, la Iglesia se da cuenta y rechaza ese mal o pecado, pero no odia al ser humano ni a la persona de ese mismo ser humano bautizado.
5. Cuando el ser humano de una persona Confirmada hace algo desagradable a Dios, la Iglesia se da cuenta desde el Cielo y en la Tierra y rechaza ese mal o pecado, pero no odia al ser humano ni a la persona de ese mismo ser humano Confirmado.
6. Cuando el ser humano de una persona Casada por el Sacramento del Matrimonio hace algo desagradable a Dios, la Iglesia se da cuenta desde el Cielo y rechaza ese mal o pecado, pero no odia al ser humano ni a la persona de ese mismo ser humano Casado por el Sacramento del Matrimonio.
7. Cuando el ser humano de una persona Consagrada con Votos hace algo desagradable a Dios, la Iglesia se da cuenta desde el Cielo y en la Tierra y rechaza ese mal o pecado, pero no odia al ser humano ni a la persona de ese mismo ser humano Consagrado con Votos al Único Dios Vivo y Verdadero, Trinidad Beatísima, YAHVÉ.
8. Cuando el ser humano de una persona varón que ha recibido el Sagrado Orden Sacerdotal en el grado del Diaconado hace algo desagradable a Dios, la Iglesia se da cuenta desde el Cielo y en la Tierra y rechaza ese mal o pecado, pero no odia al ser humano ni a la persona de ese mismo ser humano varón Ordenado Diácono.
9. Cuando el ser humano de una persona varón que ha recibido el Sagrado Orden Sacerdotal en el grado del Presbiterado hace algo desagradable a Dios, la Iglesia se da cuenta desde el Cielo y en la Tierra y rechaza ese mal o pecado, pero no odia al ser humano ni a la persona de ese mismo ser humano varón Ordenado Presbítero.
10. Cuando el ser humano de una persona varón que ha recibido el Sagrado Orden Sacerdotal en el grado del Episcopado, que es plenitud del Orden Sacerdotal, hace algo desagradable a Dios, la Iglesia se da cuenta desde el Cielo y en la Tierra y rechaza ese mal o pecado, pero no odia al ser humano ni a la persona de ese mismo ser humano varón Ordenado Obispo.
11. Cuando el ser humano de una persona varón que ha recibido el Papado, que es la Máxima Plenitud del Sacramento del Orden Sacerdotal, dada por Dios directamente sobre el elegido, a semejanza de como lo hizo con San Pedro Apóstol, Padre de los Apóstoles, -y, como todo, a través del Inmaculado Corazón del Paraíso de Dios, Que Es la Inmaculada Concepción, Hija Predilecta del Padre, Madre Amantísima de Dios Hijo y Esposa Fidelísima de De Dios Espíritu Santo-; cuando este elegido, repetimos, hace algo desagradable a Dios, la Iglesia se da cuenta desde el Cielo y en la Tierra, y rechaza ese mal o pecado, pero no odia al ser humano ni a la persona de ese mismo ser humano varón Ordenado directamente por Dios en la Máxima Plenitud del Sacramento del Orden Sacerdotal, Que Es el Papado.
12. Cada acto, cada pensamiento, cada deseo, cada palabra, que no sea agradable a Dios, recibe de Dios y de Su Paraíso Que Es María, y de Su Hija Que Es la Iglesia Santa y Católica, fundada por Dios sobre Pedro Apóstol, Padre de los Apóstoles, el rechazo y castigo saludable en la Tierra, para eterna Salvación de los verdaderamente arrepentidos, antes de que llegue la definitiva y Divina Sentencia en el instante de la muerte.