P. Papado,
A. Agradable a
C. Cristo
E. Eterno.
El Papado, como Tal, es del completo agrado de Mi Padre y Mío y de Nuestro Espíritu Santo.
Pero no siempre los Papas son de Nuestro Agrado, y bienaventurados vosotros si coincidís con Nos en Nuestros Agrados.
A Mi Padre y a Mí y a Nuestro Mutuo Amor, el Espíritu Santo, no Nos agrada que los Papas pidan consejo a los hombres partidarios del mundo, sino a Nos.
Ellos han de rodearse de Cardenales muy Santos, muy fieles a Nos, Que brillen por la Transformación en Nos, Que Somos la Infinita Ciencia, la Infinita Verdad, el Infinito Amor.
Para vivir el Papado, deben recurrir a Nos continuamente los Papas, como Vicarios Nuestros, para llenarse de esa sublime Santidad, en todo, que requiere el Papado.
EL PAPADO, MÁXIMO GRADO DE NUESTRO ORDEN SACERDOTAL, RESERVADO PARA SER CONFERIDO DIRECTAMENTE POR NOS, QUE SOMOS EL ÚNICO DIOS VIVO Y VERDADERO, PADRE, HIJO JESUCRISTO Y ESPÍRITU SANTO, UNA VEZ QUE EL ELEGIDO POR LOS CARDENALES ACEPTA RECIBIRLO.