Por los respetos humanos se pierde el respeto divino.
Por supuestos derechos humanos, se colcuncan los derechos de Dios
No podemos servir a los derechos humanos que no respetan los derechos de Dios.
O estamos con Dios o estamos contra Dios.
EL mandato que hemos recibido de Dios es comunicar siempre, a tiempo y a destiempo, con ocasión o sin ella, el Mensaje de la Eterna Salvación.
Este es el respeto que debemos a Dios:
Seguir Sus Mandamientos,
Seguir Sus Ordenanzas,
cumplir Su Divina VOLUNTAD.
Predicar que El Hijo del Padre, Igual al Padre, Se ha hecho Carne, que todos lo sepamos, y nos envía para que le comuniquemos esta Divina Verdad a todo aquel que mora en este mundo.
A todo ser humano hemos comunicar obligatoriamente esta Gran Verdad, de que el Hijo Único del Padre, Igual al Padre, Se ha hecho Carne Purísima de María Santísima, Germen de YAHVÉ, no carne ni sangre pagana, como la nuestra, contaminada de pecado, de maldad, de idolatría, de infidelidad.