«Propter liberam et gratuitam Communicationem cum ipsa creatura humana, NON PROPTER SEIPSAM, sed pro seipsa et PROPTER NOSMETIPSOS»
TRADUCCIÓN DEL TÍTULO LATINO PRECEDENTE
«POR UNA LIBRE Y GRATUITA COMUNICACIÓN CON LA MISMA CRIATURA HUMANA, NO POR ELLA MISMA, SINO EN FAVOR DE ELLA MISMA Y POR NOS MISMO», nos enseña Nuestro Señor Jesucristo, en esta muy breve Hora Santa:
«Yo no he querido la existencia del ser humano por el ser humano mismo, por sí mismo, en el sentido de que él fuese el motivo que ME atrajera a MÍ crearlo; sino que esa frase ha de ser expresada e interpretada de otra manera: No en un sentido causal, sino en el sentido de la finalidad para la cual YO he querido crear al ser humano.
Lo he creado para COMUNICARME con él, sin YO tener necesidad de él mismo.
YO y MI PADRE y NUESTRO ESPÍRITU SANTO hemos querido crear al ser angélico y al ser humano, para comunicarNos con ellos mismos, sin tener necesidad de ellos mismos. No porque ellos puedan atraerNos a NOS, o que tuviéramos que crearlos forzosamente, o crearlos obligados por el ser angélico mismo o por el ser humano mismo; sino que, sencillamente, DE UNA MANERA ABSOLUTAMENTE LIBRE y GRATUITA, hemos querido crearlos y elevarlos a la categoría de hijos adoptivos NUESTROS, con los cuales hablar, comunicarNos, participándoles, por pura Gracia Nuestra, por un MUY LIBRE DESIGNIO NUESTRO, NUESTRA TRINITARIA COMUNICACIÓN, no a causa de ellos mismos, sino en favor de ellos mismos, pero a causa de NOS MISMO, que sin necesidad nuestra propia alguna, POR NOS MISMO, es decir, POR MI PADRE Y POR MÍ Y POR NUESTRO ESPÍRITU SANTO, QUE SOMOS UNO, EL ÚNICO DIOS VIVO Y VERDADERO, QUISIMOS CREARLOS».
Aplicación práctica de la precedente Hora Santa:
«Puesto que no amamos al ser humano por el ser humano mismo, ni al ser Angélico por el ser Angélico mismo, ni a ninguna otra criatura de la creación por ella misma, sino a causa de nuestra libre y gratuita donación de la existencia de ellas, de todas esas criaturas, vosotras, mis almas, no podéis amar el hombre por el hombre mismo, sino por Dios mismo.
No os podéis amar a vosotros mismos por vosotros mismos, ni a ninguna criatura por ella misma, sino por Dios, que es el único Dios vivo y verdadero TRINIDAD BEATÍSIMA, PADRE, HIJO y ESPÍRITU SANTO».