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Normas litúrgicas para los monjes y monjas

NORMAS LITÚRGICAS PARA LOS MONJES Y MONJAS DE LA AMANTÍSIMA MADRE DE DIOS Y DE LOS MISTERIOS DE DIOS, DE P.A.C.E. L.A. O.P.U.S. D.O.M.U.S. C.R.A.S. C.O.R. IESU+MARIÆ+IOSEPH: GRATIA ET MISERICORDIA SANCTÍSSIMÆ TRINITATIS

ACTITUD DE P.A.C.E. EN EL SANTÍSIMO SACRIFICIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

No vamos al Novus Ordo ni al Vetus Ordo, sino al Único Sacrificio de Cristo, a Cristo Mismo.

No vamos al Nuevo Orden de la Misa ni al Antiguo,

VAMOS A LA SANTA MISA, PARA VIVIRLA
CONSTANTEMENTE,
SUBIMOS AL MONTE DEL SEÑOR,
A LA CASA DEL DIOS DE JACOB,
VAMOS A LA SANTÍSIMA TRINIDAD,
LA SACRATÍSIMA HUMANIDAD
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO,
DIOS Y HOMBRE VERDADERO,
PERSONA ÚNICAMENTE DIVINA,
SUMO Y ETERNO SACERDOTE,
SUMA Y ETERNA VÍCTIMA,
SUMO Y ETERNO ALTAR,
VAMOS, SUBIMOS AL CALVARIO,
A LOS INFINITOS, ETERNOS Y DIVINOS MISTERIOS DE LA
SANTÍSIMA TRINIDAD,
A LA OFRENDA PURA, A LA OFRENDA SANTA, A LA
OFRENDA INMACULADA,
A LA OBLACIÓN DE SUAVE OLOR,
AL SACRIFICIO ETERNO
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO,
A SU ÚNICO Y ETERNO Y DIVINO
SACRIFICIO DE LA CRUZ,
A CRISTO MISMO, QUE ES EL QUE ES
EL CORDERO DIVINO
QUE QUITA LOS PECADOS DEL MUNDO
Y EL VERDADERO LEÓN DE JUDÁ
QUE VENCE al león infernal.

Cristo no abandona Su Puesto, no abandona a Su Iglesia, aunque muchos profanen Su Templo y el Culto de Su Iglesia.

Desde ahora se verán mezclados en los Templos de Cristo los de Cristo y los de satanás.

Pero se verán claramente. Los de las tinieblas, por sus frutos.
Los de Cristo, por sus frutos.

No abandonemos los Templos de Cristo y demos en ellos los frutos de Cristo.

Cristo no Se deja vencer por Sus falsos amigos.

Tenemos que estar recogidos,

en silencio, sin contestar a quien nos hable, indicando silencio con el dedo sobre los propios labios.

Si fuese urgente, salir del templo un momento para responder con voz baja, para no distraer a los que están dentro.

Sin hablar nada, sin levantar la cabeza, respondiendo a las fórmulas litúrgicas correspondientes, con voz humilde, baja, recogida,

en profundo espíritu constante de Adoración a la Santísima Trinidad, al Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, Que Es la Misma Divinidad de Su Padre y del Espíritu Santo.

Sin leer en el ambón,

sin mirar al sacerdote,

situándose lo más al final del templo que se pueda,

sin hablar con nadie, ni dentro del Templo, ni antes, ni después.

Sin dar exteriormente la Paz, sino internamente,

sin contestar a nadie,

sin levantar los ojos, mirando sólo internamente al Divino Crucificado.

Si así actúan por la Verdadera y Viva Fé Divina y Católica y con sinceridad y rectitud de corazón, esos son los que aceptan el Sentir de la Verdadera Iglesia.

Se distinguirán siempre. También por su recato, por comulgar postrados y en la boca, por la virtud sobrenatural.

A éstos, Dios baja y les da lo que los ministros falsos les niegan.

Las mujeres, con velo y santa modestia, sin mirar a los hombres.

Los hombres, sin mirar ninguna mujer y con santidad en el vestir.

Las mujeres, separadas de los varones.

A Cristo no Le vence nadie.

Cristo no estereotipó las fórmulas de la Ordenación Sacerdotal.

La letra mata, el Espíritu es el que da la Vida.

Quienes pretenden encasillar con palabras y en palabras a Cristo, se equivocan.

F.A.T.I.M.A. 5 de Noviembre de 2.019.