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Os anunciamos a todos y a todas

¡¡¡OS ANUNCIAMOS A TODOS Y A TODAS UNA INMENSA ALEGRÍA:

TODOS SOMOS OBRA DE DIOS,
CRIATURAS DE DIOS.

POR TANTO,
COMO CRIATURAS DE DIOS,

TODOS SOMOS HERMANOS.

HERMANOS, TODOS.

CUMPLAMOS LA LEY NATURAL INSCRITA
EN NUESTROS CORAZONES
POR DIOS, CREADOR NUESTRO,
EVITANDO TODO MAL
Y HACIENDO TODO EL BIEN
QUE PODAMOS!!!

¡¡¡¡¡PERO, ADEMÁS, OS ANUNCIAMOS A TODAS Y A TODOS UNA ALEGRÍA INMENSAMENTE MAYOR!!!!!:

1. ¡¡¡¡¡Nuestro Señor Jesucristo Se ha querido valer de la Predicación de Sus Apóstoles y sus cooperadores para despertar los corazones a la Luz de Nuestro SEÑOR JESUCRISTO, pues Él Mismo llama a la puerta de todos e ilumina a todo hombre que viene a este mundo!!!!!

2. ¡¡¡¡¡Él Mismo espera que cada corazón humano responda fielmente a Su Luz, a Su Verdad, para lo cual da las gracias necesarias, a fin de que optando libremente, fielmente por seguirLe, merezca cada ser humano la Eterna Salvación!!!!!

3. ¡¡¡¡¡Para reparar Su Honor infinitamente ofendido por los pecados, y así reparar el Honor del Padre y del Espíritu Santo, Que Es El Mismo Honor y Gloria de Nuestro Mismo Señor Jesucristo, El Cual Es El Hijo Único del Padre Eterno, -UN SOLO Y ÚNICO DIOS CON EL MISMO ETERNO PADRE Y CON EL MISMO AMOR DEL PADRE Y DEL HIJO, AMOR MUTUO Y ETERNO QUE ES EL ESPÍRITU SANTO-, Se encarnó por Obra y Gracia del Mismo Espíritu Santo, naciendo virginal y milagrosamente de la Siempre Virgen María, y, así, proporcionarnos el Perdón de los pecados, la Santificación y la Eterna Salvación de nuestras almas y cuerpos con Su Sacrificio, SACRIFICIO U OBLACIÓN U OFRENDA QUE ÉL MISMO HACE DE SÍ MISMO, iniciando y ofreciendo Él Mismo Su Propio Sacrificio, de una vez para siempre, desde el Primer Momento de Su Encarnación, prolongando Su Mismo y Único y Eterno Sacrificio de Infinito Valor en Su Vida Oculta y en Su Vida Pública de Predicación y Milagros, y culminando Su Mismo y Eterno Sacrificio en Su Pasión y en Su Crucifixión y Muerte en Cruz, Sepultura, Descenso a los infiernos, Resurrección Gloriosa, Gloriosa Ascensión en Cuerpo y Alma a los Cielos, a la Gloria; y perpetuando Su Único, Su Mismo y Eterno Sacrificio para toda la Eternidad en Su Sesión Gloriosa a la Derecha de Su Único y Eterno Padre, y haciendo verdadera, real y substancialmente Presente Su Mismo y Eterno Sacrificio en Su Santa «Missa», que significa en latín la «Enviada», la Ofrenda, Pura, Santa, Inmaculada y Enviada a Sus Altares, a las Manos de Sus Sacerdotes, que Le representan por medio del Sacramento del Orden Sacerdotal, para Ser El Mismo Señor Nuestro Jesucristo Alimento de Sus hijos e hijas adoptivos por el Bautismo y la Gracia Santificante.

4. Así, por medio de Su Sacrificio Infinito, Único y Eterno, obtenemos la Eterna Recompensa en el Cielo, con tal de que nosotros creamos en Él, esperemos en Él, Lo proclamemos, Le obedecezcamos, Le sigamos, Le amemos a Él Mismo, Que Es Dios y Hombre Verdadero, Un Solo y Único Dios Vivo y Verdadero en la Infinita Unidad de Su Mismo y Eterno Padre y del Amor Mutuo y Eterno de Ambos, Que Es El Espíritu Santo!!!!!

«POR NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO LLEGAMOS A SER INMENSAMENTE Y SUBSTANCIALMENTE Y DIVINAMENTE MÁS Y MÁS HERMANOS, PARTICIPANDO DEL SER MISMO DE DIOS, QUE ES UN SOLO DIOS VIVO Y VERDADERO EN TRES DIVINAS PERSONAS: PADRE E HIJO JESUCRISTO Y ESPÍRITU SANTO»

NOTA ACLARATORIA

Sólo en Cristo nos salvamos. No nos salvamos eternamente por ser criaturas buenas, sino por ser verdaderos creyentes en Cristo.

Si ser criaturas de Dios es un gran anuncio, para que los seres humanos nos tratemos como criaturas, como obras de Dios que somos, infinitamente mayor es el anuncio de la Salvación Eterna, que Sólo es en Cristo.

Sin creer verdaderamente en Nuestro Señor Jesucristo, nadie puede salvarse.

La fraternidad natural, por ser todos criaturas de Dios, no nos salva.

Sólo si atendemos a Cristo en nuestro interior, pues Él llama a nuestras puertas e ilumina a todo ser humano internamente para que acepte Su Divina Revelación, Su Divina Predicación y pueda así salvarse, y entrar, no a la fraternidad corrompida por el pecado, que acaba en el infierno, sino a la Divina Fraternidad Celestial de los verdaderos y adoptivos hijos de DIOS, TRINIDAD BEATÍSIMA, contemplándoLe y AmándoLe y AlabándoLe eternamente en el Cielo.