Hijo Nuestro Muy Amado, Pedro Apóstol, Padre de los Apóstoles:
Si te he constituido Piedra sobre la Cual he querido para siempre edificar Mi Iglesia, trayéndoTe tras tu Martirio aquí, a Mi Gloria, no es para que en la Tierra lo olviden, sino para que recurran constantemente al Cielo y jamás traten de hacer de Mi Iglesia una institución terrena, pues Yo Soy Su Cabeza y Soy Dios Perfecto y el Hombre Celestial.
Para todo han de recurrir a Ti, que estás vivo ante Mí y recibes el Eterno Papado, sobre el Cual todos habrán de ser edificados, si se quieren salvar y no condenarse en el fuego eterno del infierno.
Todos han de recurrir a Mí, queriendo el Propio Querer Mío, Que Es El Mismo Querer de Mi Padre y de Nuestro Espíritu Santo.
Queremos que todos los seres humanos se salven y lleguen a conocerMe, pues Soy el Único Dios Vivo y Verdadero, en la Infinita Unidad de Mi Padre y de Nuestro Espíritu Santo.