1. Mis Sacerdotes: En la medida en que tengáis conciencia de vuestro ser cabeza sobrenaturalmente de los espíritus, de las almas, al ser, por Mi Sacramento del Orden Sacerdotal, partícipes de Mi Propio Ser Cabeza de los Ángeles y de los hombres, sentiréis a los seres humanos y a los Santos Ángeles, como miembros místicos vuestros.
2. Esto es muy esencial para el Perfecto Ejercicio Sacerdotal en favor de los espíritus humanos y almas humanas e, incluso, de la correcta, de la siempre necesaria y Santa Relación vuestra, como Sacerdotes Nuestros, con los espíritus angélicos Santos.
3. Esta divina experiencia la otorgo, de consuno con Mi Padre y con Nuestro Espíritu Santo, por Nuestra Divina Gracia y Misericordia, si Mis Sacerdotes Me son en todo fieles o para que del todo Me sean verdaderamente obedientes.
4. Esto exige de Nuestros Sacerdotes que se mantengan siempre, y siempre más, en el clima sobrenatural propio de Nuestro Sacramento del Orden Sacerdotal.