Mi Amado Pedro, Piedra Romana Fundamental de Mi Iglesia Una y Única, Santa, Católica, Apostólica.
Yo te traslado, te llevo a Toda Mi Iglesia. Te traslado desde Tu Sepulcro y desde el Cielo, sin que dejes el Cielo, a los que desean ardientemente Mi Advenimiento, la Venida Mía a Sus corazones, a sus almas, a sus puros cuerpos, a sus espíritus; y también Te traslado de igual manera, invisiblemente, a los que aún no desean Mi venida y a quienes aún no Me conocen.
Tu Actividad en la Tierra es del todo Celestial, sin que ya puedas cansarte, sin que ya hayas de sufrir cansancio.
Tú sabes que estás Conmigo Presente en Toda Mi Iglesia, aunque no seas visto con los ojos del cuerpo.
Te hago partícipe de Mi Presencia.
Tú presencias en Mí, en Mi Padre, en Nuestro Espíritu Santo, todo cuanto sucede en Mi Iglesia.
A través de Ti, Nuestra Divina Trinidad y Nuestra Sacratísima Familia, María y José, aconsejamos, iluminamos, amonestamos, corregimos, predicamos al interior de cada uno de Nuestros Místicos Miembros que aún caminan por la Tierra.
Tu Misión no ha acabado.
Eres Piedra Fundamental a la Cual Mi Padre y Yo y Nuestro Espíritu Santo unimos a todos, para que se dejen enseñar, gobernar, apacentar y santificar a través de Ti.