Hijo Nuestro Muy Amado, Pedro Apóstol, Padre de los Apóstoles:
Si Yo Te dijera que pusieras Orden en Mi Iglesia, ¿Te extrañarías? Tú sabes que no, pues todos los acogidos por Mí en Mi Iglesia necesitan ser encauzados hacia la plena Santidad.
Ni uno solo, fiel a Mí, Te diría que no le dieras órdenes para cambiar, para agradarMe más y más a Mí y a Mi Padre y a Nuestro Espíritu Santo.
Todos necesitan obedecerTe a Ti, que no piensas como los hombres, sino como Yo.
Mas, por desgracia, son pocos los que acuden a Ti para agradarMe, ya que el mundo, el demonio y la carne siempre tratan de desvirtuar los conceptos, las palabras, las significaciones católicas, interpretando todo a lo natural decaído por el pecado.
No penséis en una Iglesia falsa, no penséis en una pretendida iglesia de la ciencia, sino en Mi Verdadera Iglesia Que Es la Iglesia de la Fe que Yo y Mi Padre y Nuestro Espíritu Santo infundimos en los Santos.
Esta Es Mi Iglesia, la que no es comprendida por la ciencia de los hombres, sino por la Inconmovible Fe Inalterable, Divina y Católica.