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Sextos Diálogos de Jesús con San Pedro Apóstol, Padre de los Apóstoles

Amado Vicario Fundamental Mío, Pedro Apóstol, Padre de todos los Papas, Padre de todos los Obispos, de todos Mis Ministros, de Todos Mis hijos e hijas.

Hemos querido Mi Padre y Yo y Nuestro Espíritu Santo que Tú seas la Piedra Fundamental de Mi Iglesia Toda, aún después de tu muerte en cruz, llevando Mis Llagas en tus gloriosas manos y pies, porque así aún mejor se vea, a lo largo de todos los siglos, que Mi Iglesia no es una organización humana cualquiera; sino que en Ella, que es de naturaleza sobrenatural, se ha de recurrir siempre a Ti, pues Te he basado de manera indestructible sobre Roca, para que nadie ni nada te pueda derribar de tu Puesto Multisecular y Eterno en Mi Iglesia, y todos siempre tengan que recurrir a Ti, a fin de que tu Comunicación Sobrenatural con los integrantes de Mi Iglesia en la Tierra les fortalezca en la Verdad Que Yo Soy, para que no se desvíen de Mí, Que Soy La Verdad, la Roca Perpetua e Inmutable e Infinita, Eterna e Inmensa y Todopoderosa, en la Unidad de Mi Padre y de Nuestro Espíritu Santo.

Tienes el Dulcísimo Deber de ir Conmigo y con la Madre de Mi Iglesia, Que Es Mi Santísima Madre.

Ella Es La Madre del Rey Eterno, Que Yo Soy. Por eso Ella Es la Divina Reina.

Ella Es la Madre de Dios, Que Yo Soy, El Hijo Único de Mi Padre y el Hijo Único de Ella.

Por eso Ella Es Madre Divina, Madre Celestial, Madre Católica o Universal de toda Mi Iglesia Triunfante, Purgante y Militante.

Si recurren a Ti, con sincero corazón, para que Tú les instruya, Me agradan.

Si renuncian a la Comunicación Contigo, a la ORACIÓN Contigo, Me desagradan.

Si reconocen que Tú ocupas un Puesto Fundamental, Imprescindible y Perpetuo para el Gobierno de Mi Iglesia y actúan conforme a Ello, Me agradan.

Si se independizan de Ti, si no actúan como subordinados Tuyos, no Me agradan.

Yo Te he puesto para que Tú seas para siempre Pedro, Piedra, Romano Pontífice Fundamental al que Yo asocio, en obediencia a Ti, a tus legítimos Sucesores.

Tú no eres un Papa más, sino el Fundamental y Único Primero y Último, pues tienes la Misión de confirmarlos a todos en Mí.

Si actúan fuera de Ti, están fuera de Mí.