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Trigésimos novenos Diálogos de Jesús con San Pedro Apóstol, Padre de los Apóstoles

Hijo Nuestro Muy Amado, Pedro Apóstol, Padre de los Apóstoles:

Mi Iglesia ha ido siendo erosionada a través de los tiempos.

Tú has tenido que hablar muchas veces al oído, al corazón de Tus Sucesores, los Papas, principalmente, a fin de que pensaran, actuaran, vivieran y hablaran como verdaderos Representantes Tuyos, y, por ello, como Verdaderos Vicarios Míos en la Tierra.

Es condición indispensable, para que puedan salvarse eternamente los Papas, que Te Representen a Ti, en todo, y, por lo tanto, a Mí.

Tú y Yo, Pedro, formamos UNA UNIDAD por Gracia y Misericordia Mía y de Mi Padre y de Nuestro Espíritu Santo, Que, junto con Mi Padre y Conmigo, Te inspira para que puedas alentar a Tus Sucesores y apartarlos de toda mala enseñanza, de todo mal ejemplo y sugerirles siempre lo que han de ser, sentir, pensar, actuar y hablar para Ser Yo Mismo en ellos Quien dirija, apaciente, santifique, ilumine, transforme y divinice a todos los hijos e hijas de Mi Iglesia, Que Es Única, Católica, Una Conmigo y con Mi Santísima Madre, María, la Inmaculada Concepción, ABOGADA, CORREDENTORA y MEDIANERA de TODAS MIS GRACIAS, y, a la vez UNA Y SANTA Y APOSTÓLICA IGLESIA con MI PURÍSIMO CUSTODIO, SAN JOSÉ.