Mi Amado Pedro:
Si Me reconocéis a Mí, como Rey del Universo, Rey de los Judíos, éstos, Mis Hermanos e Hijos Judíos, se sentirán nombrados por Mí y junto a Mí, para que crean firmemente con la Seguridad Mía Que Es Infinita y Eterna y puedan salvarse eternamente.
ComunícaTe con Ellos, más y más, conviértelos a Mí, que Me conozcan, Me amen, sean llenos de Mi Infinita Felicidad, Que Yo Soy, en la Infinita Unidad de Mi Padre y de Nuestro Amor Mutuo, Infinito y Eterno, Que Es El Espíritu Santo.
La CONVERSIÓN es Obra Nuestra. Pero hemos querido que Tú, con Tus Fieles Sucesores, les transmitas a los CORAZONES humanos la Conversión Divina y Católica Que Yo y Mi Padre y Nuestro Espíritu Santo realizamos.
Queremos, libre y gratuitamente, que Tú, con Tus Hijos y Hermanos, Tus Legítimos Sucesores Papas, y con Tus Hijos y Hermanos los Apóstoles y Sus Sucesores, con la cooperación de Nuestros Presbíteros y Diáconos, transmitáis esta Divina Gracia, Esta Misericordia Sobrenatural Que Es la Conversión Divina y Católica, con los Divinos Poderes de Nuestro Divino Sacramento del Orden Sacerdotal.