1. «Mis amados Obispos: Me agrada que vistáis siempre de sotana en todas partes.
2. Es una prenda austera, modesta, con el negro del luto por Mi Pasión y Muerte.
3. Me agrada que no sea lujosa, sino sencilla.
4. ¡Hace tanto bien que llevéis siempre Mi Sotana…!
5. La sotana es un instrumento Mío para recordar a las almas Mi Propia Persona, Que Es Únicamente Divina, Igual a Mi Padre y a Nuestro Mutuo y Eterno Amor, Que Es Nuestro Espíritu Santo.
6. Yo, Jesucristo, Soy El Que Soy El Único Dios Vivo y Verdadero, en la Infinita y Eterna Unidad de Mi Padre y de Nuestro Espíritu Santo.
8. RespetadMe como Dios que Soy, y no dejo de Ser El Único Dios Vivo y Verdadero con Mi Cuerpo y con Mi Alma.
9. Os ruego que, por Mí, llevéis todos vuestros atuendos y signos episcopales, pero sencillos, austeros, no lujosos, para ser verdaderos y santos representantes Míos en medio del mundo».