Mi Amado Pedro:
Tienes presente Mi Vida.
Tienes presente, contemplando cara a cara Nuestro Divino Rostro, cómo ensalzo la Fe de la mujer cananea, diciéndole:
«Oh mujer, qué grande es tu Fe. Que se cumpla como has creído».
Así, quienes sólo Me ven a Mí, Fuente de toda Salud y Antídoto contra todo mal, no se enmascaran al venir a Mí en Mi Santa Misa y Comunión, pues Yo no contagio sino que curo.
Que Yo pueda decir, de este modo, como dije a la mujer cananea:
«¡Qué grande es vuestra Fe! Que se cumpla como habéis creído»: Que Yo no contagio a nadie, sino que Soy El Que Soy El Eterno e Infinito Bien y Fuente de todos los bienes, en la Infinita y Eterna Unidad de Mi Padre y de Nuestro Mutuo y Eterno Amor, Que Es Nuestro Espíritu Santo.
Somos Un Solo Dios, el Único Dios Vivo y Verdadero, El Eterno Médico, la Eterna Medicina, el Eterno Sanador, Santificador y el Eterno Glorificador de los que perseveren fieles a Mí hasta el fin.