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Vigésimos novenos Diálogos de Jesús con San Pedro Apóstol, Padre de los Apóstoles

Mi Amado Pedro:

Yo Te elijo siempre y Te escojo para siempre como Piedra Viva, como Fundamento Vivo y Glorioso de todos Tus Sucesores, a fin de que Ellos sean UNA SOLA COSA CONTIGO.

¡Ay de aquellos que no Me mirasen y Me admirasen siempre como Tú y Contigo!

¡Ay de quienes, celebrando Nuestros Divinos Misterios, no estuviesen siempre Conmigo mirando y admirando a Mi Padre!

¡Ay de aquellos que no se vuelven hacia Mí, Que Soy El Que Soy La Cabeza del Pueblo, sino que se vuelven al pueblo!

¡Ay de quienes Me sustituyen a Mí y no Me representan, sino que resistiéndose a Nuestro Espíritu Santo, siguen mirando y admirando a la criatura y no a Nos, Trinidad Beatísima, Felicísima, Que Somos El Único Creador!

Cuando estabas en Mi Última Cena, Tú y Tus Fieles Compañeros teníais vuestros ojos puestos en Mí, en Mis Palabras, en las Palabras de Mi Boca, en los Movimientos infinitamente Santos de Mis Labios. Así debéis permanecer en Vuestras Celebraciones Litúrgicas, Tal y como Yo os he mandado y os mando eternamente, mirando a Mi Sagrario, Que Representa a Mi Santísima Madre, donde estoy Yo Con Mi Cuerpo, Con Mi Sangre y Agua, Con Mi Alma, Con Mi Divinidad, Que Es Toda La Misma Divinidad De Mi Padre Y De Nuestro Espíritu Santo.