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Vigésimos quintos Diálogos de Jesús con San Pedro Apóstol, Padre de los Apóstoles

Mi Amado Pedro:

Yo entiendo infinitamente bien todas las cosas. Yo entiendo infinitamente bien a cada alma. Yo Soy El Creador en la Infinita Unidad de Mi Padre y de Nuestro Espíritu Santo.

Yo os mando que anunciéis Mi Buena Nueva, Mi Evangelio, Mi Doctrina.

Los espíritus humanos, las almas humanas están siendo creadas por Nos para esta Enseñanza, para esta Doctrina, para Mis Propias Palabras.

Es el Mayor Regalo, escuchar cada alma, cada espíritu humano a Su Creador Verdadero que viene a este mundo para iluminarle con el Resplandor de Nuestra Propia Vida Divina.

Y Tú, Vicario Mío Perpetuo, alienta a Tus Sucesores con esta Noticia: Si no le dais a la Humanidad entera inmediatamente Esta Nuestra Doctrina, Me faltáis al respeto y cometéis un grave error y un grave pecado, a saber, el pecado de No Nutrir con la Enseñanza del Creador Vivo y Verdadero a cada alma humana, a cada espíritu humano, creyendo que las otras doctrinas religiosas merecen ser atendidas.

Éstas no llenan, hacen sufrir al hombre, porque no son Mías.

En cambio, Mi Doctrina purifica, embellece, santifica, diviniza y felicita Inefable e inconmensurablemente a quien La abraza.

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